domingo, 27 de junio de 2010

Nos hacen falta locos.



Nos hacen falta locos.
¡Dios mío!
Locos en el presente, enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores del pobre, amantes de la paz,
libres de compromisos, decididos a no hacer nunca traición,
despreciando su propia comodidad, o su vida,
plenamente decididos por la abnegación,
capaces de aceptar toda clase de tareas,
de partir dondequiera que sea por disciplina,
al mismo tiempo libres y obedientes,
espontáneos y tenaces,
alegres, dulces y fuertes.

¡Danos locos, Señor!

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