sábado, 22 de agosto de 2015

MUY ESTIMULANTE


Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa


grande. Pasó la entrevista inicial e iba a conocer al director para la
entrevista final. El director vio su CV, era excelente.

 

Y le preguntó:

" -¿Recibió alguna beca en la escuela?" el joven respondió "no".

-"¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? "

-" Si."-respondió
.
-"¿Dónde trabaja tu padre? "

-"Mi padre hace trabajos de herrería."
El director pidió al joven que le mostrara sus manos .
El joven mostró un par de manos suaves y perfectas
.
-"¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo? "

 
"Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede hacer esas tareas mejor que yo.
El director dijo:

-"Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven a verme mañana por la mañana."

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.
Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.
Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos poco a

poco. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su padre

estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.


 
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que trabajaban todos los días para

poder pagar su estudio. Los moretones en las manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la

escuela y su futuro
.
Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar el taller. Esa noche, padre e hijo

hablaron durante un largo tiempo.

A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: -"¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido

ayer en tu casa?"
El joven respondió: -"lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar su taller"

-"Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi padre ahora me doy cuenta

de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la

familia.

El director dijo: "Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás,

una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su

única meta en la vida". "Estás contratado".


Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una "mentalidad de tengo derecho" y

siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres.
Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?
Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de computación, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando

estás lavando el piso o pintando una pared, por favor que también él lo experimente. Después de comer que lave
sus platos

junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de

la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre

de ese joven.
Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de

trabajar con los demás para hacer las cosas."





jueves, 20 de agosto de 2015

"El amor"

 - Carta de Albert Einstein a su hija Lieserl.
A fines de la década del 80, Lieserl , la hija del célebre genio, donó 1.400 cartas escritas por Einstein a la Universidad Hebrea, con la orden de no hacer público su contenido hasta dos décadas después de su muerte. Esta es una de ellas… a Lieserl Einstein.
EL AMOR
“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR. Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El Amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el Amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al Amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del Amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el Amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites. Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía.
Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el Amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de Amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de Amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el Amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el Amor es la quinta esencia de la vida.
¡Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!”
Tu padre: Albert Einstein

miércoles, 12 de agosto de 2015

“Gauchadas y Mitzves

Cholo “Gauchadas y Mitzves”
Isaías Leo Kremer

Qué había llevado hacia esos pagos al “Cholo” Gaitán? El hombre ya no recordaba ni el cómo ni el porqué, sólo sabía que ahí estaba y que seguramente ahí terminarían sus huesos al final de la huella.

Nacido en la zona de Guaminí, criado “a la que me importa”, había crecido “cuerpeando” a la miseria como pudo, de a poco se hizo hombre y empezó a “recorrer pampa” ofreciendo sus servicios como domador, tropero,carneador, y si fuera necesario, se “prendía ala melga” (para arar), aunque eso no lo entusiasmara.

Así anduvo muchos soles como “bola sin manija”, hasta que sus huesos fueron a parar por esos parajes secos e inhóspitos, con viento y con frío y a los que no muchos criollos iban a “hacer patria”.

Los pobladores del lugar eran en su mayoría “gringos”, no se les entendía casi nada cuando pretendían hablar en castellano, pero no eran mezquinos cuando se trataba de brindar pan, carne o yerba al gaucho desabastecido.

Como no eran “duchos” (hábiles) en las labores del campo pese al empeño que ponían en ello, el Cholo les cayó “como anillo al dedo” y pronto se lo convocaba para cuanto trabajo requiriera de sus habilidades.

Un día lo llamaron para esquilar ovejas ya que no sabían manejar las tijeras, otro día para “estaquear” cueros, a veces para amansar un potro y otras para “sobar grampa” (curtir cueros).

La proverbial bonhomía del Cholo, que siempre se presentaba llevando la diestra hacia el ala de su chambergo diciendo: “Cholo Gaitán, pa´lo que guste mandar” hicieron que su figura fuese habitual en los ranchos de los “gringos” a quienes otros llamaban “los rusos”.

Cada vez que el Cholo efectuaba una labor, los rusos agradecidos le preguntaban por el costo de la misma, el criollo no sabía poner precio a su trabajo y entonces decía:

“¿Y qué le puedo cobrar por la gauchada? Deje a su gusto nomás”

Y entonces los rusos le daban algunos pesos, pero enseguida le agregaban algo de carne salada, un frasco de pepinos y “la patrona” corría a alcanzarle algún trozo de torta de miel a l que pronto se habituó el Cholo.

Cuando sinceramente les pedía que no le dieran más cosas pues no podría llevarlas sobre su caballo, le decían que era una mitzve, término que por supuesto era inentendible para el criollo como tantos otros de la jerga del los “rusos”.

El Cholo pronto comprendió que estos “rusos” eran gente muy distinta a la que él conociera hasta entonces, no se “mamaban” (emborrachaban) aunque el vino no faltara en sus mesas, no usaban “faca” (daga criolla) ni eran adictos a las

peleas. Lo peor es que no acostumbraban a matear, cosa que fueron aprendiendo de a poco; menos mal que él llevaba su “guampa” (cuerno) con yerba y podía zafar de ese té oscuro que tomaban con un terrón de azúcar entre los dientes.

No pasó mucho tiempo hasta que los negros ojos de una muchacha del lugar flecharon al pobre gaucho poniéndolo, según su expresión, “más pavote que nunca”. Mercedes trabajaba en lo de Don David, trabajar es un decir, porque en realidad era una más de la casa, pero por ser del lugar conocía mejor los trabajos de una vivienda de chacra y por eso ayudaba a “la patrona” en lo que podía, porque ésta con sus numerosos hijos, carecía de tiempo para atender su hogar.

Para Mercedes ya no había misterios en “los rusos”, hasta les entendía la “jeringoza” aunque no la hablaba de corrido, pero era capaz de introducir términos de la jerga extraña en sus conversaciones con el Cholo.

Para desgracia del criollo, Mercedes no sólo había incorporado el idioma sino también las costumbres de los rusos, así que cuando el gaucho quiso “llevarla en ancas”, se encontró con una firme resistencia, la chica o se “casoreaba” o no se iba de la casa de Don David, que era su propia casa.

Rumiando la bronca, el hombre se veía limitado a las “visitas de cortesía” al rancho o a los ocasionales bailes del pueblo, donde Mercedes siempre estaba al alcance de la vista de alguien (o de todos) y si no, alguno de los párvulos de Don David quedaba de ladero y no se iba aunque lo atiborrara de caramelos.

Al Cholo no le quedó más remedio que pensar en “sentar cabeza”. Consiguió un lotecito de campo cerca de la colonia, tenía un molino viejo pero había buena

agua, de la casa ya no quedaba casi nada de lo que dejara el ocupante, pues el viento y la arena habían hecho una permanente y efectiva obra de devastación.

Los primeros días el joven los pasó “al sereno” (a la intemperie) como siempre había vivido, hasta que pudo conseguir unos pocos tirantes y algunas chapas de segunda.
En una de las visitas a Mercedes, hizo saber que iba a empezar a construir un rancho y acordó con Don David para “que le dieran una manito” en la empresa que acometía.

El día que empezó a levantar la casa no sabía ni por dónde empezar, hasta que llegó Mercedes con su familia adoptiva. Todos se pusieron a trabajar, al rato llegaron otros “rusos” y no sólo para trabajar, sino que uno trajo unas ventanas que le sobraban, otro unas puertas, un tercero trajo sus caballos para pisar adobe y así, sucesivamente, todos pusieron algo de ellos para erigir la vivienda del Cholo.

Cada vez que él agradecía “la gauchada” que le hacían los rusos con su solidaridad, recibía la misma respuesta: “Es una Mitzve”, con lo cual el criollo se quedaba en “ayunas”, pero interpretó que era el equivalente de “una gauchada” y como tal la agradecía.

La obra fue avanzando, cada vez que el Cholo iba a un campo para hacer un trabajo, recibía algún elemento que le sería útil en su futura chacra, esto llegó a tal punto que ya no iba a los campos a caballo sino en una volanta que, curiosamente, le diera don Simón (un vecino) porque era “una mitzve” y de esa manera, cada día traía su carro cargado con distintos objetos o materiales que incorporaba en su propiedad.

Los viernes a la tardecita se aseaba y se dirigía hacia lo de Mercedes. Sabía que al día siguiente no habría ninguna actividad así que disfrutaba de la cena en la que todos cantaban y aunque no entendía lo que decían, la alegría era contagiosa. Además, para ese entonces Cholo ya no veía más que por los ojos de su “prenda” y disfrutaba viéndola reír y cantar.

Por fin a Cholo Gaitán le llegó el gran día, buscó temprano a su novia y juntos fueron al Registro Civil de donde salieron con la “libreta de casorio”. Luego y por un pedido que don David hiciera a Mercedes, fueron a la capilla pues “el ruso” insistía con que la unión tenía que estar bendecida desde el cielo y aunque no entró a la ceremonia, los estuvo esperando a la salida donde abrazó

y besó a la novia a quien despedía como a una hija diciendo “Mazal tov” “Mazal tov” (buena suerte), término que el novio no entendió como tantos otros que usaban los rusos.
Llegaron a su rancho blanqueado a la cal, pensaba que por fin tendría a su esposa para sí, no contaba con sus vecinos deseosos de hacer “mitzves”. Los mismos muchachos a los que él había enseñado a carnear y a hacer los asados, les habían preparado uno grande en su honor. No faltó ninguno de los rusos, al pobre Cholo hasta lo hicieron bailar y cada uno dejó algún obsequio útil para la joven pareja, ni se molestaban en agradecer, sabían que eran “mitzves”.

Lentamente fue armando su chacra: por unos potros amansados le dieron una vaca lechera, a cambio de una línea de alambrado consiguió semillas y así, de a poco, intentó ser un chacarero para tener querencia fija que los críos (que ya venían en camino) podrían disfrutar, sin ser llevados como lo fuera él de un lado para otro como los “cardos rusos” que arrastra el vendaval.

Los “hermanos rusos” de Mercedes venían seguido a visitarlos, siempre traían entre otras cosas la torta de miel a la que el criollo ya se había acostumbrado y como le hablaban en un castellano comprensible, Cholo podía preguntarles cosas que los rusos le contestaban pero él no comprendía.

En una sobremesa les preguntó: ¿por qué cuando ustedes hacen un favor a alguien dicen que es una “mitzve”?, no sería más fácil decir que es una “gauchada”?

Uno de los muchachos trató de explicarle la diferencia y le dijo:

La “mitzve” es obligatoria hacerla, mientras que “la gauchada” es voluntaria

-¿Por qué es obligación?-preguntó Cholo

-Porque así está ordenado en la Biblia

-¿Y para qué hay que cumplirla?

-Porque te hace sentir mejor a vos y a quien la recibe

-¿Y si no la cumplo?

-No serás mejor persona

-Pero no tendré castigo

-¡Sí! Al no lograr mejorar como ser humano.