La vida nos regala gente que cruza
nuestros caminos y deja huellas que jamás se borrarán. Algunas personas
permanecen por siempre cerca y otros entran y salen como si fuese una escena de
un capítulo apasionante del mejor libro.
Nos dan su tiempo, sus secretos más guardados, sus consejos, sus risas, sus abrazos. Comparten tiempo con nosotros que tal vez en el momento no valoramos pero al separarnos, por cualquier circunstancia, nos hace doler la panza y secar las lágrimas agradeciendo lo vivido y disfrutado.
Nos dan su tiempo, sus secretos más guardados, sus consejos, sus risas, sus abrazos. Comparten tiempo con nosotros que tal vez en el momento no valoramos pero al separarnos, por cualquier circunstancia, nos hace doler la panza y secar las lágrimas agradeciendo lo vivido y disfrutado.
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