El sentimiento de amar es algo
que escuchamos desde pequeños. Nos lo enseñan con ejemplos y también
recibiéndolo de la familia. Sin embargo, pocas veces nos han enseñado que, para
poder amar, lo primero y más importante es amarnos a nosotros mismos.
Generalmente no se habla o enseña de
cómo amarnos a nosotros mismos primero, porque puede parecer egoísta o
vanidoso, pero no es así. Por el contrario, el amarnos a nosotros primero puede
llegar a ser el camino de la felicidad, la cual nos lleva a amar mejor también.
Para poder ir armando el camino para
amarnos, entendamos el porqué es mejor empezar por ahí:
Si no me amo, no me amarán: Cuando
una persona no cuida su aspecto, siempre está de mal humor, siempre tiene o
está en problemas es alguien que se tiene poca estima. Al estimarse poco,
tampoco se ama, porque no se cuida, no trata de vivir en paz y armonía. Al
amarnos nos cuidamos y al cuidarnos la gente se acerca, no huye de nosotros.
No podemos amar a alguien si no nos
amamos a nosotros mismos: Cuando una persona no se ama y daña su propio cuerpo,
con mala alimentación o drogas, ¿será capaz de poder amar y cuidar a alguien
más? El arte de amar es empezar y aprender con nosotros mismos, ponerlo en
práctica y aprendiendo a disfrutarlo. Así es como debemos aprender a cuidarnos,
y también consentirnos.
Si yo me amo, soy feliz: Cuando se ama
a alguien se tiende a cuidarlo, a consentirlo y a respetarlo. De la misma forma
deberíamos actuar con nosotros cuando nos amamos, debemos atendernos, cuidarnos
y apapacharnos en diferentes áreas personales:
Mental: Superación y aprendizaje. El
conocimiento es poder en todos los sentidos. Sabemos distinguir entre lo bueno
y lo malo para nosotros, y también tomar mejores decisiones.
Físico: Cuando cuidamos nuestro
cuerpo y apariencia, nos amamos. Este cuidado nos lo damos con buena
alimentación, ejercicio, relajándonos, riendo y también cuidando la ropa que
usamos.
Espiritual: Cuando nos queremos,
buscamos la paz y armonía, y esto se logra cuando disfrutamos la vida y la
pasamos bien en paz; además de cuando podemos disfrutar y pasarla bien con
nosotros mismos.
Nos toca aprender a ser responsables
de nuestra propia felicidad, y no darles a los demás ese peso que la mayoría de
las veces no llenan las expectativas. Hay que aprender a amarnos y respetarnos,
porque esto lo reflejamos en todas las acciones y relaciones que tenemos. De
esta forma no buscaremos a alguien que nos de felicidad o nos ame, sino que
tendremos relaciones donde compartimos la felicidad y el amor de cada quien
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