Deja de verte y exigirte como si fueses un superhombre y permítete
reconocer y aceptar tus limitaciones, para que puedas aprender a superarlas y a
convertirlas en parte de tu proceso de crecimiento y desarrollo.
Reconoce y resalta las
características positivas de los demás. Evita juzgar a otros por sus logros o
por el reconocimiento que reciben de las demás personas y, más bien, fíjate en
sus valores, cualidades y capacidades. Comienza a respetar las diferencias.
Evita considerar el
fracaso como algo totalmente negativo. Recuerda que los errores y los fracasos
se convierten en maestros de vida cuando los aceptamos. Disponte a aprender, a
corregir y a hacer los cambios necesarios para conseguir lo que deseas. No
permitas que el desánimo y la frustración se apoderen de ti.
Transforma esa actitud
dictatorial. Ajusta tu nivel de exigencia, suaviza la rigidez y gana paciencia
y flexibilidad. Especialmente al momento de trabajar en equipo o de relacionarte
con los demás. Inspira a otros a superarse, a mejorar, pero no a buscar la
perfección.
Recuerda que cada quien
tiene su punto de vista. No caigas en el error de esperar a que otros hagan las
cosas de la misma manera que tú o que tomen las decisiones que tú tomarías...
Respira profundo y acepta a cada quien como es, buscando solo el resultado
positivo de ese trabajo en familia o en equipo.
Ten presente que no eres
imprescindible. Vence el hábito de querer hacerlo todo tú, de trabajar hasta agotarte,
como si quisieras demostrarles a los demás tu capacidad y tu valor personal.
Trabaja con conciencia de tu energía, recordando incorporar pausas para
recuperarte y relajarte antes de continuar. No te sientas víctima de otros si
no se muestran dispuestos a seguirte el ritmo.
Los demás no pueden
adivinarte. Ellos no pueden saber lo que quieres o como lo quieres si no lo
explicas de forma directa y clara. La comunicación es indispensable para
funcionar en equipo y si agregas comprensión te resultará mejor.
Evita corregir a los demás
todo el tiempo. Todos rechazamos el comentario crítico que nos hace una persona
cuando este se vuelve frecuente... En lugar de molestarte porque no lo hacen a
tu manera, espera por el resultado. Dale a otros el mismo espacio que te das a
ti mismo para ser y para expresarte.
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