OSCAR WILDE II
Frases célebres de
Oscar Wilde
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame.
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta
escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo
largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces
no entiendo ni una palabra de lo que digo.
La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.
No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.
Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí.
Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos.
Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
Estoy convencido de que en un principio Dios hizo un mundo distinto
para cada hombre, y que es en ese mundo, que está dentro de nosotros
mismos, donde deberíamos intentar vivir.
La única manera en que
un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella,
si es bonita, o con otra, si es fea.
Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan.
Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.
Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.
Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas.
Haría cualquier cosa por recuperar la juventud... excepto hacer ejercicio, madrugar, o ser un miembro útil de la comunidad.
Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tienen
tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de
los demás...!
El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.
Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
La ambición es el último refugio del fracaso.
El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices.
La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.
En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los
buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los
débiles.
Cómo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo.
Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.
La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede
explicarla. Los hombres pueden ser analizados; las mujeres sólo pueden
ser amadas.
Cuando un hombre se casa por segunda vez, es porque adoraba a su primera mujer.
Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista.
Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.
El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean.
No soy tan joven como para saberlo todo.
Hay mucho que decir en favor del periodismo moderno. Al darnos las
opiniones de los ignorantes, nos mantiene en contacto con la ignorancia
de la comunidad.
La única diferencia que existe entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho es más duradero.
El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan
de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la
vida.
La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que uno es joven.
Los solteros ricos deberían pagar más impuestos. No es justo que unos sean más felices que otros.
La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.
La realidad es que los éxitos se los llevan los fuertes y el fracaso los débiles, y eso es todo.
Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado.
Como mala persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que
afirman que no he hecho nada malo en toda mi vida. Por supuesto sólo se
atreven a decirlo a mis espaldas.
Mejor ser un cohete caído que no haber resplandecido nunca.
A mí dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo.
Es bastante difícil no ser injusto con lo que uno ama.
Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea
totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente
sordo.
Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí
mismo y acaba por engañar a los demás. Esto es lo que el mundo llama una
novela.
Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.
La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es leída.
Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir.
A veces pienso que Dios creando al hombre sobreestimó un poco su habilidad.
Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados.
Los niños son siempre el símbolo del eterno matrimonio entre el amor y el deseo.
Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.
Logro resistirlo todo, salvo la tentación.
Ser natural es la más difícil de las poses.
Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos.
El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.
Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.
Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.
Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.
Matar es una estupidez. Nunca debe hacerse nada de lo que no se pueda hablar en la sobremesa.
La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.
Es peligroso escuchar. Se corre el riesgo de que le convenzan; y un
hombre que permite que le convenzan con una razón, es un ser
absolutamente irracional.
Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable.
El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.
La mejor base para un matrimonio feliz es la mutua incomprensión.
Cuando me da por pensar de noche en mis defectos, me quedo dormido inmediatamente.
En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.
El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necessario para vivir.
Los viejos lo creen todo; los adultos todo lo sospechan; mientras que los jóvenes todo lo saben.
Un tonto nunca se repone de un éxito.
Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no llevamos.
Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de
llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único
para lo que sirve.
Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen, nada que decir, pero lo dicen deliciosamente.
Para tener buena salud lo haría todo menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser persona responsable.
El patriotismo es la virtud de los depravados.
Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor.
El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable.
El único deber es el deber de divertirse terriblemente.
Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
Que un hombre muera por una causa no significa nada en cuanto al valor de la causa.
Los placeres sencillos son el último refugio de los hombres complicados.
Como no fue genial, no tuvo enemigos.
El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa.
Sólo los superficiales llegan a conocerse a sí mismos.
Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra ilustración.
Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones.
Resulta de todo punto monstruosa la forma en que la gente va por ahí
hoy en día criticándote a tus espaldas por cosas que son absolutamente y
completamente ciertas.
El único deber que tenemos con la historia es rescribirla.
La vida es simplemente un mal cuarto de hora formado por momentos exquisitos.
Cualquier hombre puede llegar a ser feliz con una mujer, con tal de que no la ame
En estos tiempos los jóvenes piensan que el dinero lo es todo, algo que comprueban cuando se hacen mayores.
El encanto del matrimonio es que provoca el desencanto necesario por las dos partes.
Si nunca se habla de una cosa, es como si no hubiese sucedido.
Parecer discreto vale tanto como entender una cosa, y es mucho más fácil.
En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.
Cualquiera puede hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla.
Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.
Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos
interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de
valor.
La moda es siempre un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.
Hablan mucho de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la
belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante.
La tierra es un teatro, pero tiene un reparto deplorable.
Cuanto más conservadoras son las ideas, más revolucionarios los discursos.
En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital.
Todos matan lo que aman: el cobarde, con un beso; el valiente, con una espada.
Mientras que para la sociedad no existe mayor pecado que la vida
contemplativa, los más cultos opinan que la contemplación es la
ocupación natural del hombre.
Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.
La rebeldía a los ojos de todo aquel que haya leído algo de historia, es la virtud original del hombre.
En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial. La segunda todavía nadie la ha encontrado.
Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.
Un sentimental es un hombre que ve un absurdo valor en todo, y no conoce el precio fijo de nada.
Antes del impresionismo no había sombras azules.
Un capricho se diferencia de una gran pasión en que el capricho dura toda la vida.
El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad exasperante.
Jamás viajo sin mi diario. Siempre debería llevarse algo estupendo para leer en el tren.
Es terriblemente triste eso de que el talento dure más que la belleza.
Siempre es bueno dar consejos, pero darlos buenos es fatal.
El deber es lo que esperamos que hagan los demás, no lo que hacemos nosotros mismos.
Después de todo, ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una
forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla
cada seis meses.
Ciertamente, Whistler es uno de los grandes
maestros de la pintura, en mi opinión. Y he de añadir que el mismo Mr.
Whisler está completamente de acuerdo con esta opinión.
El escultor piensa en mármol.
Lo único que se conseguirá diciendo siempre la verdad es ser siempre descubierto.
Una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos.
Sólo publican memorias aquellas personas que ya han perdido totalmente la memoria.
Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie.
El único encanto del pasado consiste en que es el pasado.
Mientras la guerra sea considerada como mala, conservará su fascinación. Cuando sea tenida por vulgar, cesará su popularidad.
El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido.
Ouida amaba a Lord Lytton con un amor que convirtió la vida de él en un infierno.
Se llama matrimonio de conveniencia a un matrimonio de personas que no se convienen en absoluto.
Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.
Los libros que el mundo llama inmorales son los que muestran su propia vergüenza.
Definir es limitar.
Bigamia es tener una esposa de más. Monogamia es lo mismo.
Cada hombre prominente en la actualidad tiene sus discípulos, y siempre hay un Judas que escribe la biografía.
El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre o una nación.
El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida,
que se necesita un especialista muy avanzado para verificar la
diferencia.
El hombre debería decir siempre mucho más de lo que pretende y pretender mucho más de lo que dice.
El que vive más de una vida debe morir más de una muerte.
El tiempo es un derroche de dinero.
El mejor diplomático es aquel que habla más y dice menos.
En este mundo hay sólo dos tragedias: una es no obtener lo que se quiere; la otra es obtenerlo.
Formar parte de la sociedad es un fastidio, pero estar excluido de ella es una tragedia.
Hable a toda mujer como si estuviera enamorado de ella y a todo hombre
como si le estuviera fastidiando a usted. Y pronto tendrá fama de poseer
el más exquisito tacto social.
Hay dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan.
Hay gente que se preocupa más por el dinero que los pobres: son los ricos.
Hay quienes creen contradecirnos cuando no hace más que repetir su opinión sin atender la nuestra.
La estupidez es el principio de la seriedad.
La fealdad quedó instaurada por primera vez en el arte al ser exhibido el primer retrato del hombre.
La gente enseña para disimular su ignorancia, lo mismo que sonríe para ocultar sus lágrimas.
La mentira, es decir, el relato de las bellas cosas falsas, constituye el fin mismo del arte.
La moralidad es simplemente una actitud que adoptamos hacia las personas que personalmente no nos gustan.
La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino haber sido joven.
La única diferencia entre los santos y los pecadores es que los santos tuvieron su pasado, y los pecadores tienen su futuro.
Las buenas intenciones pueden tener valor en un sistema ético; pero en arte, no. No basta tenerlas; se ha de realizar la obra.
La puntualidad es una pérdida de tiempo.
Lo peor es un enemigo tonto. Un enemigo inteligente, si también lo
somos, no deja de apreciarnos por ello y combatirá siempre con nobleza
contra nosotros.
Lo único que hace emocionante el matrimonio es la infidelidad.
Lo único que consuela de ser pobre es la extravagancia. Y lo único que consuela de ser rico es el ahorro.
Los buenos artistas lo entregan todo a su arte, y, por consiguiente, no tienen ellos mismos nada de interesante.
Los buenos consejos que me dan sólo me sirven para traspasarlos a otros.
Los dos momentos más decisivos de mi vida fueron cuando mi padre me envió a Oxford y cuando la sociedad me envió a la cárcel.
Los hombres interesantes son los que tienen un futuro. Las mujeres interesantes, las que tienen un pasado.
Los hombres siempre se empeñan en ser el primer amor de una mujer. Las mujeres prefieren ser la última novela de un hombre.
Mentir, decir cosas inciertas maravillosamente, es la finalidad adecuada del arte.
Nada envejece tanto como la felicidad.
Ningún crimen es vulgar, pero toda vulgaridad es un crimen. La vulgaridad es la conducta de los demás.
No hay cosa que más se parezca a la inconsciencia que la indiscreción.
Nunca des explicaciones. Tus amigos no las necesitan. Tus enemigos no las creen.
Pesimista es aquel que cuando puede escoger entre dos males, elige ambos.
Puede que consideren una falta de educación que me presente ante
ustedes fumando, pero de menos educación considero que le interrumpan a
uno mientras fuma.
¿Quieres amar? Recita las letanías del amor y las palabras crearán el deseo ardiente de donde se imagina el mundo que brotan.
Si ser distinto es un crimen yo mismo me colocaré las cadenas.
Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miramos a las estrellas.
Un fracaso en amor es, para el hombre, como una misión cumplida. Los corazones están hechos para ser rotos.
Una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos.
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