jueves, 6 de febrero de 2014

La omertá



La omertá, la ley del silencio
La omertá o ley del silencio es un código de honor de la mafia siciliana, que impide dar cualquier información sobre las actividades de la organización o personas de la misma a terceros. La violación de este código se castiga con la muerte.

En la definición de Antón Blok, estudioso del fenómeno, la omertá es:

"La prohibición categórica de la cooperación con las autoridades estatales o el empleo de sus servicios, incluso cuando uno ha sido víctima de un crimen."

El refranero español dice:

"Los trapos sucios se lavan en casa"

Por extensión, se habla de "omertá" para referirse a los pactos de silencio, explícitos o tácitos, que existen en muchas organizaciones, y que a veces sirven para encubrir delitos y delincuentes.

Los que están sujetos a pacto de silencio no suelen ver, oír, y menos aún, decir nada.



Si lo pensamos bien, la ley del silencio es esencial para el funcionamiento de las organizaciones, especialmente aquéllas con actividades ilícitas o poco éticas.

De esta forma, se mantiene el secreto de las actuaciones y se impide que la opinión pública y la justicia civil o penal interfieran.

Los mecanismos para conseguir el silencio varían, pero los más habituales son:


  • En primer lugar, la amenaza de represalias en caso de violar el pacto de silencio: en el caso de la mafia siciliana, la consecuencia es la muerte.
  • Si eso no fuese suficiente, se llega más lejos con el chantaje y la extorsión, aprovechando las debilidades que todos tenemos: se amenaza la familia, los hijos, la reputación, la carrera profesional. Todo el mundo desea lo mejor para los suyos, no desea que sufran y nadie quiere verse en la tesitura de perder algo de tanto valor.
  • Para que el chantaje sea más efectivo, se suele procurar que la gente tenga secretos, un pasado oscuro y/o que deba favores a gente con capacidad de cobrárselos.

La imposibilidad de recurrir a la justicia civil deja a los individuos en una posición mucho mas vulnerable, sujetos a las decisiones (muchas veces arbitrarias) y al abuso de poder de sus "capos".

Después de todo, una organización mafiosa muchas veces sólo tiene atractivo y cierto "glamour" en las películas.

La realidad suele ser mucho más sórdida.

Pertenecer a una organización de este tipo suele cobrarse un alto peaje personal y social
.

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