Suele decirse que el mejor homenaje que se les puede hacer a las
buenas personas es imitarlas. Hacia 47 años que no nos veíamos, el reencuentro
fue algo maravilloso, con decirles que tenía montones de cosas para contarle y
preguntarle, pero después del emocionante abrazo quede casi mudo, Francisco
tiene ahora 93 saludables años, es un ejemplo de ser humano, lleno de bondad,
de amor hacia su prójimo, en fin, nada menos que un buen hombre
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