EL EXTRAÑO SEÑOR BARÓN BIZA
El domingo 16 de agosto de 1964, Raúl Barón Biza, su
esposa y dos abogados que la representan están reunidos. Clotilde Sabattini, con
sus dos hijos, ha abandonado a Barón Biza y pretende la separación definitiva y
legal. Barón Biza le ha pedido que se encuentren en su propia casa. Se muestra
amable y gentil. Sirve whiskis para todos. Por un momento, retiene el vaso
destinado a Rosa. Luego, sonríe por unos segundos. Cuando Clotilde extiende el
brazo para tomar el vaso, él le arroja el contenido a la cara. El vaso no estaba
lleno de whisky sino de ácido clorhídrico.
Clotilde Sabatinni cae al suelo, retorciéndose de dolor.
Su cara quedará desfigurada para siempre.
Cuando la policía llega, encuentra a Barón Biza en la
cama. Se ha pegado un tiro.
Raúl Barón Biza es un hombre joven y millonario, nacido
en Córdoba, Argentina, en 1899. Sus padres son los muy ricos Wilfried Barón y
Catalina Biza, dueños de grandes posesiones de tierras. A Raúl le gusta la
política y escribir. En 1924, publica "Risas, lágrimas y sedas". Se lo
conoce como inteligente y amable, bastante rebelde, jugador. bebedor,
juerguista. Con un carácter demasiado enérgico y variable que lo lleva a tener
actitudes difíciles de prever, propias de una personalidad con trastornos
bipolares pero disculpados por su posición de clase y dinero.
En uno de sus constantes viajes a Europa, conoce en
Italia a Rosa Martha Rossi Hoffman, una actriz austriaca de segunda línea que
tiene el seudónimo de Myriam Stefford. Ambos se enamoran y, después de un corto
y apasionado romance, se casan en 1930.
Myriam, de 22 años, es atractiva, romántica, dulce.
Consigue que Barón Biza abandone sus hábitos nocturnos, deje de beber y de jugar
grandes sumas. Claro que Myriam quiere aprovechar lo que ha conseguido. Pide
toda clase de extravagancias y Barón Biza la complace. A ella le fascina la
aviación, pretende una avioneta. Su marido le compra "El Chingolo I",
nombre con el que bautizan la avioneta. Hacen algunos viajes juntos y deciden
participar en un raid que cubre todas las provincias argentinas. Sufren un par
de aterrizajes de emergencia y Barón Biza decide abandonar. Ella está dispuesta
a seguir. Como la avioneta tiene desperfectos, Myriam aborda el "Chingolo II",
llevando como copiloto al alemán Luis Fuchs. En el mes de agosto de 1931, a días
de cumplir el primer aniversario de casamiento, Myriam Stefford se mata. El
monoplano cae en la provincia de San Juan y los dos tripulantes mueren en el
acto.
Se dice que Barón Biza ha hecho averiar el avión y es el
responsable del accidente. Aseguran que Myriam y Luis Fuchs han pasado algunas
noches durmiendo en la misma cama. Barón Biza está dispuesto a demostrar su
inocencia y el amor por su mujer. Le construirá un monumento.
Barón Biza dispone la construcción de un monumento en
homenaje a su mujer muerta. Lo hace levantar en el mismo campo en el que la
avioneta se ha estrellado. Es una construcción un tanto modesta para el estilo
de vida que él lleva: una especie de monolito con partes del "Chinglo II"
incrustado en la parte superior.
En 1935, decide mejorar el homenaje. Ordena al arquitecto
Fausto Newton que erija uno más acorde a su prosapia. Como al mismo tiempo se
está construyendo en la calle Corrientes de Buenos Aires, el Obelisco, decide
que el monumento será más alto. Así, alcanza los ochenta y cuatro metros de
altura y se convierte en el más elevado de Argentina. En el interior, mezclado
con el hierro y el cemento, ubica el cofre con las joyas de Myriam Stefford.
Entre esas joyas se encuentra el famoso anillo de diamante "Cruz del
Sur", de valor incalculable. Protegiendo el tesoro, dispone una carga de
explosivos que evitan la profanación.
Mientras se ocupa de la construcción que simboliza su
amor por la esposa muerta, Barón Biza inicia una relación con Clotilde Rosa
Sabattini, hija de un importante dirigente político radical, Amadeo Sabattini,
que sería condecorado por Mussolini y mantendría una intachable carrera, como
gobernador de Córdoba y en distintos puestos, durante más de tres
décadas.
Barón Biza había tenido que exiliarse en Uruguay por sus
ideas políticas. En este breve período de exilio, participa en una protesta que
lo lleva a la cárcel. Entonces, escribe "Por qué me hice
revolucionario" y prepara la edición de su obra más polémica: "El derecho
de matar", novela pornográfica y filosófica. El libro es revestido en plata;
lleva en la tapa una calavera y una hoz; en el interior, ilustraciones art-decó
de Teodoro Piotti. Barón Biza le envía un ejemplar al Papa, para burlarse de él
y provocarlo. La novela es prohibida por el gobierno del general Justo y Barón
Biza procesado por obsceno. Se libra de la condena y edita el libro en rústica.
Ahora, desea que los obreros puedan leerlo. La novela, muy despareja, trata la
historia de Jorge Morganti, su hermana y el amante. Llena de digresiones
filosóficas, tiene escenas eróticas y, en general, un tono artificial y
exótico.
Al salir del encierro, se produce la muerte del ex
presidente Yrigoyen. Barón Biza, estando en Córdoba, dispone un tren al que hace
revestir de luto para que viajen los simpatizantes del partido radical. Después,
se casa con Clotilde, que tiene diecisiete años. El casamiento lo indispone en
forma definitiva con el caudillo Sabattini. Vivirán unos años en Europa,
regresaran para ser acosados por el gobierno peronista y se trasladarán a
Uruguay, donde nacerán sus tres hijos.
Barón Biza publica en 1942 "Punto final", con sexo
más explícito que en la anterior. Se renueva la acusación de obscenidad y algún
crítico dice que solamente una mente enferma puede escribir
así.
En 1953, el matrimonio de Barón Biza alcanza su de mayor punto desavenencia. Clotilde se va a Uruguay con sus hijos. Antes, lo que ha ocurrido entre ambos es tan grave como para que el hermano de Clotilde desafíe a duelo a Barón Biza. El enfrentamiento se produce y los dos reciben heridas de balas sin mayor trascendencia.
A fines de los años cincuenta, Arturo Frondizi llega a la
presidencia. Llama a Clotilde para que conduzca el Consejo Nacional de
Educación. A Barón Biza lo nombra embajador en Hungría.
Unos años más tarde, aparece "Todo estaba sucio",
el que será el último libro de Barón Biza. Se trata de un furioso ataque a los
judíos junto a supuestas reflexiones invadidas de resentimiento contra la
humanidad.
El 16 de agosto de 1964, Barón Biza arroja ácido a la
cara de Clotilde Sabattini. Le destruye un ojo, un parpado, las mejillas y la
nariz, dañada de modo irreparable; además del pecho y los brazos. Luego, se mata
de un tiro en la sien.
Clotilde permanecerá recluida. Ningún cirujano plástico
del mundo puede hacer nada por ella. En 1974, se suicida tirándose al vacío
desde el departamento de la calle Esmeralda, donde la han
desfigurado.
Jorge y María Cristina, dos de los tres hijos del
matrimonio, se suicidan en los años siguientes.
Raúl Barón Biza es enterrado bajo un árbol, cerca del
mausoleo de su primera esposa, Myriam Stefford.
Se afirma que en los años veinte, cuando los jóvenes
ricos de Argentina viajaban a París, hacían cosas que ellos consideraban
divertidas. Una de ellas la inventó Barón Biza: la de tirar manteca al
techo.
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